La crianza nos plantea desafíos nuevos cada día y hay principios que tenemos que tener en mente para hacerles frente con salud y fortaleza. Impulsar y cuidar son los dos movimientos de esta danza cotidiana.
Atravesar con felicidad y sabiduría la adolescencia de los hijos no es imposible. Detengámonos unos minutos para pensar juntos en cómo lograrlo.
Porque es mucho y duradero el daño que podemos hacer -sin querer- a nuestros hijos, vale la pena conversar sobre el manejo saludable de las separaciones.