Los invito a recorrer la capital del país, con su Cerro y su Fortaleza, siempre atentos vigilan una ciudad y un puerto que marcaron nuestra historia. Desde el Cerro hasta Carrasco con sus huellas de identidad. La vida colonial de la Ciudad Vieja, el candombe de barrio Sur y Palermo, el Prado y su atmósfera de Belle Epoque, el Cerro y la Teja con sus recuerdos de una vida obrera y solidaria, la rambla que une un conjunto de barrios que nacieron mirando al río, y un sin fin de espacios de los cuales aprender y disfrutar..
Un diamante en el que se proclamó la independencia de la Provincia Oriental del Imperio del Brasil. Espacio donde miles peregrinan el tercer día del mes de junio para llevarle sus pedidos al santo más famoso de Uruguay: San Cono. Un departamento donde se funde la historia, la naturaleza y el paisaje de una manera espléndida.
Un diamante que está ubicado en el centro del territorio de la República. Tierra que fue testigo de historias heroicas, aquellos pagos que vieron nacer a enormes figuras de nuestro país, como el primer presidente del país Fructuoso Rivera o la poeta Celestina Andrade. Famosa por su fiesta de las Llamadas que cada febrero recibe a 30 mil visitantes que disfrutan al son del candombe.
Un diamante que lleva por nombre un relieve de su propia geografía. Una zona de firme identidad oriental, pero que ha conversado, a lo largo de toda su historia, cara a cara con Brasil. La tierra que presenta un sinfín de encantos y que es famosa por su gran fiesta de Carnaval.
Un diamante de frontera, bastión en la resistencia del avance portugués, con caminos de tierra colorada y el portuñol como huella de identidad. Un departamento con mucho para ofrecer entre su historia, su cultura y sus diversos atractivos.