Cuando la Tierra opaca en su totalidad a la presencia lunar, la diosa nocturna revela entonces su verdadera naturaleza: un pedregullo apagado, deslucido.
Nunca antes, y espero que nunca más, vuelva a suceder esto. A sucederle esto. A sucederme esto. Aunque pensándolo bien...
Ciertas mentiras son necesarias para soportar la inestabilidad de todo lo que es.